Paredes de pizarra, el lienzo perfecto para los niños

Seguro que estás alerta cada vez que tu niño coge lápices de colores, porque sabes que quiere pintar todo lo que le rodea. Y seguro que las paredes han sido víctimas de algunas de sus travesuras. ¡Tranquilas, mamis! Hoy os proponemos dar un giro a la decoración de la habitación de vuestros monstruitos y convertir una de las paredes en el lienzo perfecto para que den rienda suelta a su imaginación.

Las paredes de pizarra se han convertido en una tendencia en lo que a decoración infantil se refiere. Es una forma creativa, original y sencilla de crear una zona de juego, ya que únicamente necesitarán tizas de colores para recrear todas sus ideas. Además, es también una técnica perfecta para involucrar a los niños en la decoración de su propia habitación y una herramienta didáctica muy beneficiosa.

Actualmente, esta idea también ha entrado fuerte en otras estancias de la casa, como en la cocina, donde son súper útiles para tomar notas, hacer la lista de la compra o apuntar las tareas correspondientes a cada miembro de la familia.

Hay dos opciones para convertir la pared en una pizarra para tus peques:

 

1. Pintura de pizarra para paredes

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Si lo que quieres es convertir la pared en un auténtico lienzo, esta es la mejor opción. Se trata de una pintura de color negro y al secarse es posible pintar sobre ella y borrarlo después, como si fuera una pizarra. Es una forma interesante y original para personalizar una pared de la habitación. Además es súper sencillo: basta con aplicar una sola capa de pintura en la pared y todo listo. Los niños tendrán muchísimo espacio para pintar y repintar todos los días. Lo único que tienes que tener en cuenta es que los colores oscuros producen una sensación visual de reducción de espacio, así que puede que una pared entera pintada de negro haga más pequeña la habitación.

 

2. Vinilos adhesivos de pizarra

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Si no te convence el efecto que crea la pintura de pizarra o te parece demasiado arriesgado, puedes optar por esta alternativa: vinilos de pizarra, unas láminas sobre las que también se pueden pintar con tizas y rotuladores y borrarlo después. La ventaja que tiene colocar vinilos es que pueden recortarse de las formas que más te gusten y hay de diversos colores: rosa, verde, azul… Así el negro ya no será un problema.

¿Qué te parece nuestra propuesta? ¿Te atreves? ¡Tus paredes serán súper originales, no tendrás que preocuparte por encontrarte todos los rincones pintados y tus peques disfrutarán como nunca pitando sin límites! 😉

 

 Vía fotos: Decoratupared y Dibujos.net

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